En un estratégico paso de la Sierra Morena se encuentra enclavado el bonito castillo de Calatrava la Nueva, cercano al pueblo de Aldea del Rey en la provincia de Ciudad Real.
La Orden de Calatrava fue la primera orden militar fundada en la península Ibérica en 1158, para defender el territorio de Calatrava la Vieja (44 km al norte del castillo) frente a los árabes. Tras la decisiva batalla cristiana en Las Navas de Tolosa (1212), los calatravos deciden avanzar la posición de su sede hacia el sur, construyendo una nueva fortaleza de grandes dimensiones (46.000 m2) entre 1213 y 1217, utilizando prisioneros musulmanes de la batalla como mano de obra. Desde 1487 cuando el rey Fernando el Católico fue elegido maestre de la Orden, la institución está ligada a la corona española. Si bien la fortaleza se vio afectada por el terremoto de Lisboa de 1755, la sede de la Orden permaneció en el castillo hasta 1804, cuando los últimos monjes se trasladaron a Almagro. En la actualidad la Orden de Calatrava es una institución honorífica y nobiliaria.
El camino que permite acceder al castillo fue reparado y empedrado en 1560 para la visita del rey Felipe II, y a juzgar por su estado diría que no se volvió a reparar. Es apto para coches pero hay que circular muy despacio para no dañar el vehículo. Son casi 3 horas de viaje en coche desde Madrid, así que se puede visitar en el día incluyendo además la cercana villa de Almagro.
El recinto está compuesto por el castillo roquero en el centro y el monasterio cisterciense alrededor de este, todo ello rodeado por 3 recintos amurallados. Del convento apenas se conserva nada. Sin embargo, destaca la robusta iglesia, con su gran rosetón en la fachada. Llama la atención que las jambas y arcos de las puertas de todas las construcciones son de piedra volcánica roja, extraídas de una colina cercana.
En el centro del recinto se encuentra el castillo roquero, donde se encontraba el archivo de la Orden y que tiene unas magníficas vistas desde la torre.
Dentro del recinto también se encontraba un molino de sangre (movido por caballerías), un horno de cocer barro, una fragua para trabajar los metales, un pozo de nieve y un palomar.
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